Esta vez mi marido los quería en salsa picante y lo cierto es que así también están ricos. La receta es sencilla y rápida, como siempre, así que ¡animaos!
Ingredientes:
- 1 y 1/2 kilo de mejillones.
- 1 cebolla
- 1 kilo de tomates bien maduros
- 2 dientes de ajo
- 1 o 2 guindillas
- 1 pimiento verde
- 1 cucharada de harina
- 1 copa de vino blanco
- Aceite de oliva
- Sal
Pelamos y cortamos la cebolla y un diente de ajo. Los ponemos a pochar en una olla con un poco de aceite de oliva. Añadimos seguidamente el pimiento verde cortado también a trozos y esperamos que esté todo bien pochado. Mientras lavamos y cortamos los tomates en trozos y los añadimos a la olla. Agregamos un poco de sal y opcionalmente un poco de azúcar, para eliminar la acidez del tomate. Dejamos freír durante 30 minutos y batimos todo muy bien. Limpiamos bien los mejillones y los abrimos en una olla junto con el vino blanco. Tapamos y dejamos que se abran. Una vez abiertos no los dejaremos mucho tiempo cociendo. Los sacamos y los reservamos en una fuente retirando una de las conchas. En un sartén con un buen chorro de aceite de oliva refreímos el otro ajo y la guindilla. Cuando el ajo esté dorado añadimos la cucharada de harina y removemos durante 2 minutos . Añadimos la salsa de tomate y un poco del agua sobrante de haber abierto los mejillones( que tenía además el vino blanco). El agua debe estar colada. Mezclamos bien todo y en la salsa resultante introduciremos los mejillones dejándolos cocer 2 o 3 minutos. Servimos calientes.
¡Ya me contaréis!
Hoy los hemos comido, estaban divinos. Buena receta
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